Características de la Gula de Monte
Conocida popularmente como gula de monte, la cantharellus lutescens es una seta de agradable sabor y aroma perfumado cuyas características la han convertido en un ingrediente muy versátil en la cocina.
De temporada tardía, ya que se recolecta entre septiembre y diciembre -incluso con heladas-, tiene un aspecto inconfundible, en forma de pequeña trompeta embudada que recuerda a una flor. Su color es amarillo anaranjado, más marrón en la zona superior con un sombrero hueco en el centro.
Suele crecer en zonas húmedas, principalmente en pinares calcáreos o calizos y se presenta en setales abundantes, camuflados entre el sotobosque de musgo, hierba o boj.
La carne de la seta gula de monte es exquisita, delgada y flexible, de sabor muy agradable y olor afrutado. Son setas que no se agusanan y que también se pueden desecar.
La delicadeza de la también llamada trompeta amarilla, angula de monte, camagroc o rebozuelo anaranjado, hacen que sea una de las setas más apreciadas en los fogones. Y es que la cantharellus lutescens va bien en sopas, arroces, guisos de carne, rellenos o revueltos de gulas de monte, entre otros muchos platos. Comprar Gula de Monte Lutescens.
No hay que confundir la cantharellus lutescens con otra seta de la misma familia cantharellaceae: la cantharellus tubaeformis, de color más oscuro, carne escasa y muy fina, y olor más débil.
La gula tubaeformis silvestre crece principalmente en bosques de pinos y abetos, y también de robles, hayas y castaños. También la podremos encontrar formando grupos bajo el musgo o humus del suelo, y en monte bajo de brezo o matorral.
La temporada de recolección también es diferente, ya que va desde la primavera al otoño, alargándose hasta el invierno en el sur.
En la cocina funcionan muy bien si se elaboran como si fueran angulas y en las recetas con huevos. Comprar Gula de Monte Tubaeformis.
Estas setas silvestres poseen un bajo contenido calórico y un alto contenido en fósforo, así como vitaminas B2 y B3. También es una fuente de minerales como el yodo, el potasio y el fósforo.
A la hora de limpiarlas, y con la ayuda de un cuchillo, cortar la parte baja del pie de la seta para evitar los restos de tierra. A continuación, con un cepillo y/o un trapo húmedo, limpiar cuidadosamente la parte superior e inferior del sombrero. En la medida de lo posible, evitar el contacto directo con el agua, excepto cuando el exceso de tierra obliga a sumergirlas.